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Inteligencia Artificial


El desarrollo de interfaces autónomas da lugar a la inteligencia artificial. “Nuestras primeras intuiciones sobre computadoras surgieron de la experiencia con las máquinas de los años cuarenta, que contenían solo miles de partes. Pero un cerebro humano contiene miles de millones de células, cada una complicada en sí misma conectada a miles de otras. Las computadoras de hoy representan un grado intermedio de complejidad; tienen millones de partes, pero ya se están construyendo computadoras con miles de millones de partes para investigación en inteligencia artificial” (Minsky; 1988).

Se hace esto porque la estructura cerebral se conforma por miles de millones de células que por sí solas no pueden hacer acciones de gran complejidad, pero en conjunto el sistema logra hacer cosas complejas junto con otros sistemas del cuerpo como el respiratorio, el digestivo, el endocrino, etc. Estas son procesos de homeostasis ya que la mente, a través de la percepción de estímulo, da la orden a el sistema afectado para cambiarlo y adaptarse a las situaciones externas.


Se pretende que sean capaces de ejecutar acciones que son específicas de humanos, como el aprendizaje, la generación de hipótesis a partir de datos captados. La importancia radica en que las interfaces “conozcan” a quienes las utilizan. Crear sistemas personalizados es hacia dónde se dirige. De igual forma la interacción entre máquinas y humanos cada vez se debe hacer más “real”.


Además, la inteligencia artificial involucra que las máquinas pueden comprender el uso de la lengua y saber detectar cuestiones como gestos, entonación, contexto, etc. Además de que sepan interpretar toda esta información para su generación de hipótesis o realización de acciones.


El caso del chatbot “Tay” es pertinente para ejemplificar esto. El robot aprendía las palabras y expresiones más comunes, (input) para luego emitir sus propios tweets con base en lo que aprendía (output).




Simsimi es una aplicación parecida a Whatsapp que responde automáticamente a las personas.solo que esto es una interfaz, no es inteligencia artificial. A diferencia de “Tay”, este no se puede considerar como tal, ya que utiliza las respuestas de las conversaciones más frecuentes para generar respuestas, es decir, no aprende, solo relaciona datos.


Ambos son interfaces inteligentes, son capaces, debido a su inteligencia dejan de ser objetos que utilizan agentes del sistema, a ser agentes del sistema. Sin embargo, el hecho de que las máquinas lleguen a un grado de inteligencia tal, implica que en determinado momento piensen es cuestiones que van más allá de su comprensión como las cuestiones morales o filosóficas. Incluso el hecho de que tendrían que ser sometidas a leyes tiene implicaciones de mayor complejidad. No están apegadas a las normas morales y sociales. Sería necesario que fueran sometidas a leyes que les permitan formar parte de un sistema social.


En la ciencia ficción se utilizó retomó la noción del caos, donde una alteración en el sistema puede desencadenar acciones catastróficas, para plantear situaciones de grandes implicaciones.


Algunas películas que ejemplifican mejor esta situación (de forma un tanto apocalíptica) son:


Pero no sólo se ve reflejado en películas, sino también en la literatura. Por eso te recomiendos leer Yo, robot; se Isaac Asimov. Aunque si no te gusta leer, con la película es suficiente para entender más sobre el tema.


La inteligencia artificial está adentrándose cada vez más en nuestras vidas, ya no sólo se trata de lo que vemos en una película o lo que podemos leer. Poco a poco la IA se va perfeccionando y hoy en día ya hay máquinas que pueden componer música (no se escucha nada mal), o videojuegos que aprenden tus movimientos y los contrarrestan.


También te recomiendo consultar la revista ¿Cómo ves? No. 215 para conocer un poco más sobre inteligencia artificial, su desarrollo y su prospectiva hacia años venideros.






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